A propósito de mi último post sobre el optimismo, os dejo este texto de Luis Rojas Marcos:
«Las personas optimistas que hacen frente a los avatares del mundo laboral con una disposición abierta y confiada tienden a dar un “¡Sí!” decidido y firme a las propuestas y oportunidades que se les presentan, y funcionan muy bien en ocupaciones que requieren trabajar en equipo o relacionarse con clientes. Son empleados que atribuyen sus éxitos a su propia competencia, por lo que se sienten más orgullosos de sus logros que quienes lo atribuyen a la suerte o a la ayuda de otros. Por si fuera poco, cuando fallan en algo se sienten menos avergonzados, porque culpan a la mala suerte o a las circunstancias. En general, los empleados optimistas son más populares y suelen ocupar puestos de trabajo y cargos superiores.
Las personas que esperan conseguir aquello a que aspiran tienden a trabajar más y más tiempo que quienes no cuentan con alcanzar sus objetivos. Investigaciones sobre la confianza de las personas en su capacidad para solucionar problemas en el trabajo demuestran que quienes albergan expectativas positivas son más eficaces ante los problemas, porque se crecen ante las dificultades. Por el contrario, los que esperan fracasar tienen más probabilidades de hacerlo, ya que el pensamiento negativo ante tareas complicadas predispone a cometer errores.»
El texto pertenece a su libro Optimismo y salud, donde se puede aprender que sentir y pensar en positivo es una inversión sumamente rentable para desarrollar al máximo las posibilidades de vivir sanos y felices.